Eugenio vendedor: el chiste del día.
¿Estás listo para empezar el día con una sonrisa? ¡Entonces estás en el lugar correcto! En este artículo, te traemos el chiste del día protagonizado por Eugenio vendedor, un personaje divertido y siempre dispuesto a sacarnos una carcajada. Prepárate para soltar una buena carcajada con este divertido chiste en español.
¿Le gusta este sombrero, señor Eugenio?
– Pero si no tiene pistola.
– Bueno, con altibajos.
– Pues, como siempre…, ¡como siempre!
– Diu, nena estás haciendo progresos, sólo has estado tres cuartos de hora al teléfono.¿Quién era?.– Se han equivocado.
Eugenio vendedor: el chiste del día
El pobre Eugenio, con lo de la colonia, se me está poniendo a la altura de los grandes filósofos.
– Eugenio es tan mal vendedor que si le pides un televisor de plasma, te vende una antorcha.
¿Le gusta este vino, señor Eugenio?
– Quiero una corbata para mi suegra.
Eugenio vendedor: la risa del día
– No, prefiero la que como.
– Si yo fuera tú, no me casaba con mi mujer.
¿Le gusta este chiste, señor Eugenio?
– Es que tengo un perro que se llama Alto y otro Bajos.
– ¿Y desde cuándo?
Eugenio vendedor: humor garantizado
– Eugenio es tan mal vendedor que si le pides un ordenador con internet, te vende una enciclopedia.
¿Le interesa este coche, señor Eugenio?
– ¡Claro! Porque el resto no habla.
– No, prefiero envenenarla, no vaya a ser que se levante.
– ¡Pues no me casaba!
– Eugenio es tan mal vendedor que si le pides un ventilador, te vende un abanico.
El vendedor le pregunta:
El marido que llega a casa y le dice a su mujer:
¿Le gusta esta música, señor Eugenio?
– Cariño, ¿me pones un poquito de colonia?
– Si tuviera una pistola le pegaría un tiro.
¿Le interesa este reloj, señor Eugenio?
El vendedor le pregunta:
– ¿Cómo se llama un perro con siete patas?
– No se preocupe, con lo fea que es va a estar de moda.
¿Le gusta esta comida, señor Eugenio?
– No, para castigarla… condenarla a vivir.
El hombre entra en la tienda y dice:
– Eugenio es tan mal vendedor que si le pides un ordenador portátil, te vende una pizarra y tiza.
Y la mujer le responde:
¿Le interesa este final, señor Eugenio?
– Eugenio es tan modesto que cuando vende un coche usado, no le dice al comprador que es de segunda mano, sino de «primera necesidad».
– ¿Qué hace un loco colgando la lámpara?
– No, prefiero el que me paga.
– Pero si yo soy tu mujer.
– No importa cómo se llame, ¡no va a venir!
El hombre que entra en la tienda y dice:
– No, prefiero el que hago.
– Doctor, doctor, tengo complejo de perro.
– Entonces, póngase a cuatro patas y espere su turno.
¿Le gusta esta casa, señor Eugenio?
– ¿Prefiere que le dé una patada?
¿Le interesa este trabajo, señor Eugenio?
– No, prefiero el que da la hora.
– No, prefiero la que escucho.
¿Le interesa este libro, señor Eugenio?
– Eugenio es tan mal vendedor que si le pides un coche con GPS, te vende un mapa y una brújula.
¿Le interesa esta oferta, señor Eugenio?
– No, prefiero el que anda.
– ¡Una excentricidad!
– De mi suegra.
– ¿De qué es?
– ¿Va a ser para ahorcarla?
– No, prefiero la que veo.
– No, prefiero la mía.
– Doctor, doctor, me tiembla mucho el pulso.
– Una chica se acerca a un muchacho y le pregunta:
Le dice el marido a su mujer…
– ¿Qué le regalo a mi mujer que tiene de todo?
– No, prefiero el que me tapa.
– Oye, ¿qué tal te va con tu mujer?
– ¡Si mi perro hablara, sería el más listo de todos!
– Gracias.
– No, prefiero el que me hace reír.
– Un cementerio, tiene de todo menos muertos.
– ¿Y eso?
– Desde que me he enterado de lo que me cuesta la consulta.
– ¿Tú eres tonto o te estás burlando de mí?
– Eugenio es tan mal vendedor que si le pides un coche con aire acondicionado, te vende un coche descapotable.
– No, prefiero el de la botella.
– ¿Tiene hora?
– Sí, las 11:30.
– Doctor, doctor, tengo complejo de fea.
¿Le interesa esta película, señor Eugenio?
– Eugenio es tan mal vendedor que si le pides un reloj digital, te vende un reloj de sol.
– Ahora, ¡a pagar el reloj!
– No, prefiero el que leo.
– No, prefiero la que me conviene.
– Bueno, pues si tuviera pistola, igual me la quitaba.
– Eugenio es tan mal vendedor que si le pides una cámara de fotos digital, te vende una cámara desechable.
– ¿Qué tal, cómo estás?
¿Le gusta este viaje, señor Eugenio?
– Quiero una silla para mi suegra.
– ¡Anda, la mía también tiene alas!
– ¿Y ahora qué?
– Eugenio es tan mal vendedor que si le pides una nevera, te vende una bolsa térmica.
– Eugenio es tan mal vendedor que si le pides una bicicleta estática, te vende una bicicleta normal y te dice que no te muevas.
– No, prefiero el que sorprende.
– En mi casa hay un cuadro que vale un millón.
– Eugenio es tan mal vendedor que si le pides un teléfono móvil, te vende un teléfono de tarifa plana.
– Hace tanto frío que en lugar de vender relojes, Eugenio vende estufas.
– Eugenio es tan mal vendedor que si le pides un televisor a color, te vende una lupa.
– ¡Fíjate, si mi suegra es un ángel!
– Eugenio es tan mal vendedor que si le pides un secador de pelo, te vende un abanico.